Jung y el significado de Hermes en la Alquimia

Dios Hermes Mercurio
C. G. Jung hizo exhaustivos estudios sobre la alquimia en su aspecto psico-filosófico. Debido a que, según Jung, sufrir de falta de sentido en la vida conduce a muchas personas a la neurosis o contribuye persistentemente a que esta aparezca, profundizó sus estudios sobre el papel de las religiones en el proceso en el ser humano del desarrollo de sí mismo, dedicándose intensamente al estudio del ocultismo y la parapsicología, así como de la alquimia filosófica y su relación con el proceso de transformación del hombre.

Hermes en la alquimia


Jung y el significado de Hermes en la AlquimiaEn la alquimia se llama a Hermes «espíritu Mercurio» y tiene su puesto fijo. Bajo esta denominación se pueden encontrar diferentes significados en la alquimia. Por un lado, se refiere al elemento mercurio (del latín Hydrargyrum, Hg, «plata líquida») tal y como lo vemos en su estado real, y al que, por su calidad líquida y volátil, se le llamó «agua volátil» asociándoselo siempre con la «sustancia espiritual» intangible. El significado alquímico real de Mercurio va mucho más allá y designa en general la «naturaleza del espíritu».

Jung pudo deducir el significado profundo de la alquimia, y relacionó la escalera de la transmutación alquímica con la psicología profunda, con la necesaria transformación interior o individuación de cada uno. «Lo que la alquimia (...) ha creado, lo ha reconocido la psicología sin mucha dificultad como materia psicológica que aparece, cual cuerpo químico, contaminada. Esa materia procede originalmente del inconsciente. (...) Dicho más exactamente: el punto de origen es el inconsciente colectivo».

Dentro de esta transformación desde el inconsciente (prima materia) a la consciencia, Hermes es esa fuerza misteriosa de la Mente-Fuego, que corresponde tanto a la fuerza motriz del Fuego como también al objetivo: la sabiduría. Con la ayuda del Fuego, que cada vez es más fuerte, se destila la esencia. Las dos son cualidades herméticas: tanto el Fuego como la quintaesencia.

Escrito por Beatrice Weinelt
Extraído de Revista Esfinge 

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